Empleada de limpieza en Porto Cristo detenida: joyas por valor de alrededor de 11.000 euros

Empleada de limpieza en Porto Cristo detenida: joyas por valor de alrededor de 11.000 euros

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En Porto Cristo, la Policía Nacional detuvo a una empleada doméstica. Los investigadores encontraron joyas, en parte ya vendidas; la propietaria recuperó la mayor parte.

Detención por robo de joyas en Porto Cristo

A última hora de la mañana, la Policía Nacional pudo detener en Porto Cristo a una empleada de limpieza acusada del robo de joyas por un valor de aproximadamente 11.000 euros. El vecindario en el paseo marítimo, donde está la casa, se sorprendió: aquí la gente se conoce, se saluda, y sucesos así son raros.

Cómo comenzaron las investigaciones

El caso se inició cuando la propietaria notó en agosto que faltaban varios relojes, anillos y otras piezas de oro y plata. La caja de las joyas seguía en su lugar habitual. Al principio pensó que las había perdido. Semanas después quedó claro: partes de la colección habían desaparecido.

La policía se centró rápidamente en personas con acceso a la vivienda. Solo tenían llaves unas pocas personas: familiares, amigos — y varias empleadas del hogar de larga duración. Tras interrogatorios, la recogida de pruebas y una pequeña serie de rastros en casas de empeño y tiendas de segunda mano, se fue dibujando un panorama.

Parte de las joyas fueron recuperadas

Los agentes recuperaron gran parte de los objetos sustraídos; estos fueron devueltos a la propietaria. Otras piezas permanecen para peritaje y han sido intervenidas. Los investigadores ahora revisan si se realizaron más ventas en la zona.

Según los investigadores, la detenida habría vendido ya algunas piezas. Por qué — eso sigue sin aclarar del todo. ¿Dinero? ¿Costumbre? ¿Presiones? En una localidad pequeña como Porto Cristo, ese tipo de preguntas afectan de cerca a la gente.

Por qué indigna

Lo que molesta a muchos en el lugar es el abuso de confianza. Las personas que trabajan en hogares ajenos suelen estar muy cerca de la vida cotidiana de las familias. Uno valora la puntualidad, conoce las compras, ve a los niños. Cuando se traiciona esa confianza, duele — tanto emocional como materialmente.

La Policía Nacional continúa con las investigaciones. Ahora se trata de localizar todas las piezas vendidas y descartar posibles cómplices. La acusada está detenida provisionalmente; seguirá un procedimiento. Los residentes locales dicen que no esperaban algo así — y esperan que el asunto se aclare pronto.

No hace falta decir: quien invita a otra persona a su casa debería revisar periódicamente dónde está cada cosa. No es muy agradable, pero a veces es prudente.

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